30,7 millones personas debieron huir de sus hogares en 2020 por las crisis ambientales que desencadenó el calentamiento global: tres veces más que los provocados por conflictos armados.

Acnur, la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, destacó este año y aseguró que “no existe un lugar seguro frente al cambio climático, es una emergencia global”.

“El cambio climático está forzando a millones de personas a huir de sus hogares para salvar sus vidas. Se producen inundaciones que arrasan comunidades enteras, sequías que generan hambrunas masivas, tormentas y ciclones que destruyen casas, escuelas, hospitales e historias de vida”, escribió Acnur en un comunicado de prensa.

Por su lado y de forma independiente, Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió en su informe anual que la emergencia climática está agravando las numerosas crisis humanitarias en curso, con un fuerte impacto en la salud de los grupos más vulnerables.

Las cifras de desplazamientos

De los 30 millones de desplazamientos, 14 millones corresponden a inundaciones; 13,6 millones a tifones, ciclones y huracanes; 1,2 a incendios descontrolados; 518 mil a erupciones volcánicas; 137 mil a terremotos; 46 mil a temperaturas extremas; 32 mil a sequías y 988 mil a otras tormentas.

“El cambio climático es la crisis que define nuestra época, y el desplazamiento por desastres es una de las consecuencias más devastadoras del fenómeno”, destacó Acnur.

Carolina Martinenghi, directora de Comunicaciones de Fundación Acnur Argentina dijo que los países frágiles corren el mayor riesgo: “Las personas en situación de vulnerabilidad en países afectados por el conflicto suelen padecer consecuencias desproporcionadas”.

“Los refugiados, desplazados internos y apátridas se encuentran en el frente de la emergencia climática”, sostuvo Martinenghi.

Siete de cada 10 desplazados internos, un 66%, viven en un país vulnerable y menos preparado para adaptarse al cambio climático. Este número asciende a 80% para los refugiados.

“La escasez de recursos naturales va en aumento en muchas partes del mundo donde se ha dado acogida a las personas refugiadas. El ganado y los cultivos luchan por sobrevivir en lugares donde las condiciones se tornan cada vez más áridas, frías o húmedas y esto pone en riesgo los medios de vida”, dijo Martinteghi.

La directora afirmó que, sin una acción climática rápida y ambiciosa, “los desastres climáticos podrían duplicar el número de personas que precisan asistencia humanitaria hasta alcanzar los 200 millones anuales en 2050″.

Ponchos Azules

Por ese motivo, Acnur lanzó la iniciativa Ponchos Azules por el Clima, que entregará el secretario general de la ONU, António Guterres, durante la próxima Conferencia de Las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26).

El objetivo es recolectar 500.000 firmas para reclamar por una política para lograr las emisiones cero en 2050, reducir la huella ambiental y seguir una economía sostenible.

Más crisis humanitarias

Médicos Sin Fronteras insistió que el cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos y la degradación ambiental contribuyen al aumento de la transmisión de enfermedades infecciosas: como la malaria, el dengue y el cólera.

Según argumentó MSF estos fenómenos participan en el crecimiento de casos de desnutrición, por escasez de agua e inseguridad alimentaria, y de deshidratación aguda, por olas de calor anómalas.

“Los equipos de MSF están formados por trabajadores humanitarios, no por expertos en clima, pero durante años hemos sido testigos de cómo el cambio climático está agravando las crisis sanitaria y humanitaria en los múltiples contextos en los que operamos. Es hora de denunciar lo que vemos”, explicó Carol Devine, responsable de la acción humanitaria sobre el clima y el medio ambiente de MSF.

Por primera vez, MSF participará en la próxima COP 26, la conferencia climática de las Naciones Unidas que se celebrará en Glasgow del 31 de octubre al 12 de noviembre.

La Voz