Finalmente llegó la esperada continuación de Sex and the City luego de muchos años de ausencia de sus protagonistas y después de dos películas que llevaron al límite el costado más frívolo de esta historia que, en esencia, habla de relaciones humanas.
And Just Like That… es la continuación de las seis temporadas que tuvo la serie de HBO durante los cinco años que estuvieron en el aire sus 94 capítulos.
Lo primero que hay que decir (y para ir al hueso de la polémica) es que la ausencia del personaje de Samantha (interpretado por Kim Cattrall) se hace sentir desde el minuto dos del primer capítulo pero es resuelto de manera honesta.
En una de las escenas Carrie habla con Miranda sobre una discusión que tuvo con Samantha luego de tener que prescindir de sus servicios como publicista porque el negocio editorial ya no era rentable. Desde entonces su amiga se ofendió y nunca más le habló.
Intentando acercar a las partes Miranda insiste en que deben retomar el dialogo pero Carrie le confiesa que le ha enviado muchos mensajes a su amiga pero ella no solo no responde sino que ha tomado la decisión de irse a vivir a Londres, Reino Unido.
La estrategia que usaban las viejas telenovelas de “matar” a aquellos personajes que ya no formaban parte del proyecto fue reemplazada en este caso por algo más creíble que se acerca bastante a la realidad de la serie ya que Cattrall se alejó del equipo muy enojada con sus compañeras de elenco y con la producción.
Incluso esas escenas en las que desean que Samantha vuelva podrían hasta ser tomadas por los fans como un verdadero pedido de disculpas a Cattrall, además de una forma de valorar un personaje que fue crucial en la historia.
Matar al tóxico (atención spoiler)
Lo segundo que hay que decir es que “And Just Like That…” resuelve con altura uno de los temas más espinosos de la serie que, en tiempos de empoderamiento femenino y de revisión de paradigmas al interior de las relaciones, ya no pueden eludirse.
Vamos al grano: Mr. Big (Chris Noth) muere en el primer capítulo luego de románticas escenas junto a Carrie que dan cuenta de un matrimonio perfecto.
Esta estrategia es muy buena ya que si bien las idas y vueltas entre ambos clave en la trama de la serie, también dejaron al desnudo un vínculo tóxico que hoy ya no pasaría inadvertido.
Para evitar ese pase de facturas y también abrir el abanico a nuevos planteos, la historia se deshace de Mr. Big rápidamente y muestra a una Carrie viuda teniendo de arrancar una nueva vida en tiempos que le resultan más inentendibles que cuando ella era joven.
Y ahí está el quid de la cuestión. Las tres mujeres que pasaron los 50 intentan reírse del paso del tiempo con el mismo humor ácido que les brotaba cuando tenían 30 y pico.
La era de la madurez
And Just Like That… muestra cómo Miranda cambió el eje su vida y ese cambio desnuda también una nueva era en la que trabajar como abogada corporativa por más de 12 horas al día ya no es un necesario símbolo de éxito.
Carrie, por su parte, asume que ser columnista ya no es tan divertido y dedica su tiempo a las redes y los podcast, mientras que Charlotte lleva las riendas de su familia de manera obsesiva.
Los desafíos a los que se enfrentan todas en esta nueva etapa sirven de disparador para plantear, no sin una leve pátina de corrección política, dos temas que son viejos pero están vigentes hoy más que nunca: racismo y feminismos.
En suma, la serie volvió a incomodar a sus protagonistas más allá de sus vestuarios y las puso de frente con sus dificultades que en el fondo son las mismas que tienen muchas otras mujeres de su tiempo.
Y así, de esa forma… los personajes maduraron y evolucionaron sin perder las características que los hicieron entrañables.
La Voz