El presidente ruso, Vladimir Putin, sugirió al jefe político de Finlandia, Sauli Väinämö Niinistö, abocarse de inmediato a las negociaciones con Estados Unidos y con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) con el propósito de establecer las garantías de seguridad que Rusia exige para evitar un mayor acercamiento de la Alianza Atlántica a sus fronteras y el emplazamiento de sistemas de armamento ofensivo en Ucrania.
Lo hizo a través de una comunicación telefónica en la que le reiteró la necesidad de dialogar con la potencia occidental y la alianza militar intergubernamental en busca de garantías legales multilaterales para la seguridad de Moscú “excluyendo el mayor avance de la Otan hacia el este y el despliegue de sistemas de armas amenazantes” en territorio ucraniano y en otros países vecinos.
El mandatario ruso advirtió que el pedido es compatible con el principio de indivisibilidad de la seguridad, consagrado en el Acta Final de Helsinki (Finlandia) de 1975 y en la Carta de Estambul (Turquía) de 1999.
En línea con el planteo, manifestó su respaldo a la propuesta de su par finés de organizar una cumbre en 2025 para conmemorar el 50º aniversario de la Conferencia de Helsinki para la seguridad y la cooperación en Europa.
También destacó ante Niinistö el valor enorme de la observación de los acuerdos de paz de Minsk (capital de Bielorrusia) para la Guerra de Donbás, región histórica, cultural y económica de Ucrania donde desde 2014 se enfrentan fuerzas militares ucranianas y separatistas prorrusos respaldados por Moscú.
Putin entiende que las autoridades ucranianas, en violación de los acuerdos de Minsk, se apoyan cada vez más en métodos contundentes, incluido el uso de armas pesadas y de drones en el Donbás.
Tensión creciente
En tanto, el viceministro de Exteriores ruso, Sergei Riabkov, alertó de un posible aumento de la tensión con la Otan y pidió “garantías de seguridad” a la alianza dado que una confrontación podría “sacudir al mundo”.
“La falta de progreso en la resolución político-diplomática de este problema llevará a una respuesta militar de Rusia (…), y habrá una nueva ola de confrontación”, advirtió Riabkov en declaraciones a la agencia de noticias Sputnik.
El funcionario respondió de ese modo a la petición del presidente ruso, Vladimir Putin, que, tras un encuentro con varios altos cargos, solicitó a su titular de Exteriores, Sergei Lavrov, que lograra reducir la tensión con la comunidad internacional para evitar conflictos en las fronteras occidentales del país. En este sentido, hizo hincapié en la importancia de lograr garantías “creíbles y duraderas” en materia de seguridad.
El viceministro ruso recordó a su vez que Moscú retrasó el despliegue de misiles de medio y corto alcance después de que Estados Unidos rompió el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) en agosto de 2019.
“Hoy por hoy no tenemos desplegados esos misiles e instamos a la Otan y a Estados Unidos a sumarse a la moratoria”, indicó.
Sin embargo, los países miembro de la Otan rechazaron por el momento sumarse a dicha moratoria y dejaron la puerta abierta a un despliegue de misiles de estas características en Europa.
Riabkov abogó por establecer un diálogo para resolver el asunto. “Vamos a centrarnos en la labor con los estadounidenses, lo cual es lógico debido a su rol de liderazgo en la alianza”, sostuvo.
Sin sentido
El Gobierno ruso acusó a Estados Unidos de aferrarse a la idea de que Rusia estaría supuestamente preparándose para invadir Ucrania, algo que según Moscú “no tiene sentido”.
“Estados Unidos no tiene derecho político ni moral para pedirnos cuentas sobre lo que estamos haciendo en nuestro territorio”, insistió Riabkov, quien afirmó que esa idea “no existe ni puede existir”.
Putin recalcó en varias ocasiones que las tropas rusas se encuentran en territorio ruso y que no amenazan a nadie. Las acusaciones sobre la posible invasión de Ucrania han sido rechazadas en varias ocasiones por las autoridades rusas, que advirtieron de que dichas declaraciones son utilizadas para desplegar un mayor número de tropas de la Otan en sus fronteras.
La Voz