El tifón ‘Rai’, también conocido como ‘Odette’, ha dejado al menos cuatro muertos en la provincia de Negros Occidental y más de 300.000 desplazados tras tocar tierra en Filipinas, donde ha provocado fuertes lluvias y vientos.
El gobernador de la provincia, Eugenio Jose ‘Bong’ Lacson, ha indicado este viernes que las fuerzas de seguridad se encuentran retirando escombros de las principales carreteras de la región.
Evacuación
Aunque el tifón ha comenzado a perder fuerza este mañana, ya son más de 330.000 las personas que han tenido que abandonar sus viviendas en el sur de Filipinas.
La agencia nacional de gestión de desastres naturales ha indicado que, además, varios ríos se han desbordado, provocando graves inundaciones.
Las víctimas mortales en Negros Occidental han sido registradas en las ciudades de San Carlos, La Carlota, Manapla y Moises Padilla, según ha informado el portal de noticias Rappler.
Sin embargo, Lacson ha explicado que todo apunta a que Kabankalan se convertirá en la zona más afectada. Mientras, el tifón avanza hacia el oeste con vientos máximos de 155 kilómetros por hora y ráfagas que superan los 235 kilómetros por hora.
Millones que podrían verse afectados
Más de 9 millones de personas viven en las zonas que podrían verse más afectadas por el temporal, 2,1 millones de ellas en una situación especialmente, según una estimación divulgada por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas.
Una veintena de provincias están bajo alerta como medida de precaución y se ha suspendido el tráfico marítimo en la zona. Además, la cancelación de los vuelos en los principales aeropuertos del país ha afectado a unas 4.000 personas.
La Voz