La discapacidad, ¿es un problema? Claro que sí, no hay porque mentir. Pero más que preguntarse los por qué, hay que pensar en cómo afrontarla. La discapacidad, cuando llega a un seno familiar o su entorno, llena a todos de dudas y cuestionamientos. Y es a través de estrategias, recursos y herramientas que hay que darle respuesta.
Una forma de hacerlo es vincular una actividad deportiva a la vida de las personas que pueden desarrollarla. En una sociedad inclusiva hay un sinnúmero extenso de actividades recomendadas para las más diversas patologías, desde ceguera e hipoacusia, hasta una cuadriplejia. Las posibilidades son muchas, pero hay que comprender los beneficios de su realización para un contexto ideológico, social y gubernamental que así lo quiera.
Beneficios
El hecho de estar implicado en algún deporte puede mejorar el bienestar, la calidad de vida y la salud de quien lo practica. Mejora el equilibrio, la coordinación, contribuye a la circulación sanguínea y a tener músculos más fuertes. Mejora la movilidad, previniendo las enfermedades por la inmovilización y favorece la seguridad y flexibilidad de la persona con discapacidad en su vida cotidiana.
Gracias a la práctica deportiva, la persona mejora su autosuficiencia y autonomía, permitiéndole desenvolverse en las actividades de la vida diaria. El proceso de socialización y adaptación aumenta y al estar en contacto con un mayor número de personas aumenta la confianza en uno mismo, deseando interactuar más con el resto de la gente.
También se evidencian beneficios psicológicos, como la reducción de la sensación de estrés, el aumento de la sensación de optimismo, euforia y flexibilidad cognitiva y la disminución de la intensidad de emociones como la ira, la agresividad, la ansiedad y la depresión. Esto es debido a la segregación de endorfinas, las cuales provocan un gran bienestar tras hacer ejercicio.
La práctica de algún deporte también fomenta la autosuperación, el sentimiento de utilidad y el reconocimiento de las capacidades, mejorando la autoestima y elevando la percepción positiva que se tiene de uno mismo, ya que verse mejor hará valorarse más y destacar el potencial como persona por encima de otras cosas.
Ahora, el reto es crear en la comunidad las facilidades para que las personas con discapacidad puedan disponer de las posibilidades para practicar deportes y estimularlos a que se vinculen con uno mismo.
El rol de la kinesiología en el trabajo interdisciplinario
La kinesiología brindada por profesionales matriculados y especializados y el deporte adaptado tienen que trabajar mancomunadamente para lograr sus beneficios. ¿Y cómo hacerlo? Desde su función de conocer la estructura y función del aparato locomotor, contribuyendo al adecuado desarrollo funcional del individuo, higiene postural y economía de esfuerzo. El profesional kinesiólogo profundiza el conocimiento de las técnicas deportivas con el fin de lograr mejoras en el rendimiento, promoviendo el uso de tecnología, analizando la naturaleza de las lesiones (y evitándolas) producidas por la incorrecta planificación del entrenamiento y utilización de material deportivo inadecuado, siempre con el debido acompañamiento en el trabajo de campo para fortalecer los grupos musculares necesarios y enriquecer cada disciplina.
Muchas opciones
No se puede describir a todas las disciplinas, porque por suerte son muchas. Cada una está dirigida y clasificada según el tipo y grado de patología buscando el mayor punto de equilibrio e igualdad.
Entre las que son de práctica paraolímpica se encuentran el atletismo (abierto a atletas con diferentes discapacidades), baloncesto en silla de ruedas (posiblemente el más practicado), boccia (individual, en parejas o en equipos), ciclismo (con bicicletas, triciclos, tándems o handbikes), equitación (en forma clásica, pruebas de habilidad y estilo libre con música), esgrima en silla de ruedas (implica una notable habilidad y equilibrio), fútbol 5 (para discapacidad visual), goalball (para discapacidad visual), halterofilia -levantamiento en potencia- (practicado por varias patologías), judo (uno de los que menos adaptación requiere), natación (presenta muchas categorías), paratriatlón (debutó en los juegos paralímpicos en Río 2016), piragüismo (prácticamente idéntico al convencional), remo (requiere que las embarcaciones y remos se adapten a la discapacidad de cada deportista), rugby en silla de ruedas (los deportistas tienen en su mayoría lesiones medulares altas), tenis de mesa (la pelota puede dar dos botes), tiro con arco y tiro olímpico (para discapacidad tanto en la parte inferior como superior del cuerpo), vela (la formación de equipos depende de las embarcaciones), voleibol sentado (equipos mixtos) y tenis adaptado (también la pelota puede botar dos veces).
La lista sigue, porque el universo de la discapacidad es enorme. Ninguna se comporta de igual manera en uno u otro deportista, y tanto él, como su kinesiólogo, entrenador y equipo de entrenamiento tendrán que evaluar y desarrollar juntos estrategias para potenciar las capacidades extras que requiere la realización de deportes adaptados.
Más Información
Ante cualquier duda sobre un profesional, comunicarse con el Colegio Profesional de Kinesiólogos de la Provincia de Córdoba.
Teléfonos: 0351 4715988 o 4733158.
La Voz