diciembre 8, 2024 2:23 am

Las señales del futuro en la niebla del presente

“El 65 por ciento del producto bruto mundial va a estar digitalizado el año que viene. Desde Argentina, tenemos una enorme oportunidad para acceder a ese mercado; sólo necesitamos el desafío de seguir fomentando el talento”.

La frase la dijo en Córdoba semanas atrás Néstor Nocetti, uno de los fundadores de Globant, al inaugurar las nuevas oficinas corporativas en esta ciudad.

En la misma dirección de Nocetti, la Universidad Siglo 21 presentó días atrás su informe “Señales del Futuro”, en el que advierte, entre las tendencias que vienen, el avance imparable de la revolución digital.

Por ejemplo, previene que en blockchain se está gestando una nueva web 3.0. Esta es tan sólo una de las 400 iniciativas que brotan en Solana, un ecosistema de soluciones basadas en blockchain que promete convertirse en la futura plataforma para las nuevas redes sociales y la próxima generación de juegos virtuales.

Los argentinos tendemos a ver estos fenómenos como lejanos. Desde hace una década, la incertidumbre económica y política es como una niebla permanente que paraliza, frena las iniciativas e impide ver no más allá de una semana.

Sin embargo, aun en esa niebla, las señales del futuro están presentes y no deberían perderse de vista.

A finales de noviembre, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) implementó el sistema Transferencias 3.0, que facilita pagos a través del celular y agiliza las transferencias mediante un QR interoperable.

Actualmente, se hacen más de 50 mil pagos diarios (con un ticket promedio que supera los 1.700 pesos), por ahora sólo de productos y servicios privados. A partir de 2022, empezará a crecer el pago de servicios públicos; el primer paso ya lo dio este mes Edenor, en Buenos Aires.

Pero esto no es más que trasladar el dinero físico a la nube de internet. La revolución digital propone algo más: generar nuevos negocios desde la virtualidad.

La desarrollista cordobesa GNI presentará el año próximo Pienza, un complejo inmobiliario en el cual se podrá comprar con criptomonedas una porción de un inmueble mediante un token, la unidad de valor desarrollada en tecnología blockchain.

La tecnológica cordobesa Xcapit, como parte de su avance en México, subastó en Nueva York un NFT con una obra de un artista sobre los 200 años de la revolución mejicana. Los NFT (siglas en inglés de token no fungible) son activos digitales únicos, cuyo valor no está dado por nada físico: sólo por la confianza de las personas que los compran.

También a nivel oficial hay iniciativas digitales. La semana pasada, el Gobierno de la Provincia lanzó eSports Córdoba, programa que implementará a partir de 2022. Se trata de una serie de iniciativas para fomentar la industria de los deportes electrónicos, alrededor del cual se mueve un negocio del cual están participando figuras como Fabricio Oberto, Diego Schwartzman y Sergio “Kun” Agüero con sus propios equipos.

En el país, esta forma de juego mueve 86 millones de dólares, con 40 desarrolladoras (una decena de Córdoba con 400 empleos) y 19 millones de jugadores.

Andrés Pallaro, director del Observatorio del Futuro de la Universidad Siglo 21, advierte que no es cuestión de idealizar la tecnología, pensando que la revolución digital va a solucionar los problemas que la economía física no puede.

Pero asegura que la propia incertidumbre está gestando una nueva generación de jóvenes que creen en un futuro con una economía descentralizada (minar criptomonedas sin respaldo estatal o firmar contratos inteligentes sin intermediación profesional, por ejemplo) a partir de tecnologías como blockchain.

“No hay sectores inmunes a la digitalización. El ‘tecnohumanismo’, un planteo en el que la tecnología puede resolver los problemas actuales, es la tendencia emergente; es una tribu que no para de crecer y es tan fuerte como la tribu de quienes impulsan la descarbonización de la economía”, explica.

El problema, previene Pallaro, es que sin estrategias entre lo público y lo privado, van a comenzar a primar las asimetrías y los desequilibrios. Quien no vea estas señales, puede empezar a quedar fuera de la economía que se viene.

La Voz

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