Para Roberto Esquivel Cabrera -mexicano, 55 años- su mayor problema es algo insólito para la mayoría: el tamaño de su miembro no le permite tener una vida normal.
El pene del mexicano rompería un récord mundial si no fuera porque no entró en el Libro Guiness, título que todavía ostenta el actor Jonah Falcon, con sus 35 centímetros de longitud.
Aun así, Cabrera ve a su miembro como un calvario más que una bendición: le impide caminar bien, agacharse y hasta hacer ciertos movimientos. Según lo que dijo no puede tener relaciones sexuales y hasta el Estado lo considera como una “persona discapacitada”.
Además, el mexicano señaló que tiene muchos problemas de salud, como recurrentes infecciones urinarias. Tampoco puede dormir boca abajo y debe atar su pene para poder descansar.
Su médico aseguró que “lo mejor que puede hacer es tener un pene de tamaño normal para que no salga lastimado y para que pueda tener relaciones sexuales y tener hijos”.
Qué hay detrás de la historia del mexicano
Barcroft TV envió un equipo de periodistas para entrevistar a Cabrera e investigar el caso.
El grupo se puso en contacto con el doctor Jesús Pablo Gilmore, quien examinó el miembro a través de una tomografía y descubrió que en realidad no tiene el tamaño que parece: la verdadera medida es de 18 centímetros, y que el resto es solo prepucio y piel inflamada.
Aparentemente, Cabrera se colocaba pesas en sus partes íntimas cuando era más joven para alargar el tamaño. El hombre lo niega, pero un psiquiatra afirmó que él se lo contó.
Otro punto que los investigadores descubrieron fue que Cabrera vivió en los novena en Estados Unidos donde, supuestamente dijo, fue la única vez que tuvo relaciones sexuales.
Pero el hombre fue deportado del país por, entre otras razones, exhibirse delante de niñas menores de edad.
La Voz
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