septiembre 23, 2023 1:49 am

“Quédate cerca”, en Netflix: un drama criminal donde nadie es confiable

Quédate cerca es una serie exquisita. Atrapante, misteriosa y, sobre todo, sorprendente. Nada es lo que parece en ningún momento. La desconfianza entre todos los personajes lleva a la historia a un punto cúlmine que juega con la ingenuidad del espectador.

Las preguntas constantes que surgen entre capítulos sobre quién hizo qué, cuándo, dónde y con quién son cautivantes a cada minuto que pasa. Explicar por qué cierta persona hizo lo que hizo es el objetivo mayor de la serie, pero es todo tan retorcido que un pedazo de la verdad no es suficiente para calmar la necesidad de unir todas las piezas del rompecabezas.

La historia comienza con Megan (Cush Jumbo) que está a punto de casarse con Dave (Daniel Francis) luego de que éste le insistiera por años.

Tienen tres hijos y una vida de lujos. Sin embargo, cuando una mujer llamada Lorraine (Sarah Parish) llega a sus vidas y destapa el pasado oculto de Megan, todo comienza a encajar en el mismísimo infierno.

Las actuaciones son impecables. Los intérpretes tienen la capacidad de cambiar de emociones a la velocidad que cambian los hechos, y no esperan que el público supere lo que acaba de ver.

El relato se vuelve tan misterioso y retorcido que la policía inglesa se mete no sólo en lo que le empieza a pasar a Megan y su familia, sino en las pistas que dejaron viejos casos de hombres desaparecidos.

Uno de los detectives (James Nesbitt) adquiere una relevante incidencia en la serie porque, sin saberlo, termina siendo parte de la red de verdades y mentiras que esconden todos los involucrados.

Fuera de ser un cliché policial, Quédate cerca sorprende en cada avance. Los detalles dan un giro inesperado a la historia y el final es una explosión cerebral que replantea un tema muy recurrente en un mundo actual y violento.

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