Hace una semana, la noticia de que un chico de 13 años fue golpeado por una patota conmovió a Córdoba. El domingo pasado, Lázaro sufrió un daño cerebral irreversible producto de un ladrillazo en su cabeza, y desde allí, está en coma farmacológico en el Hospital de Niños.
Este lunes, su mamá contó a El Doce que el adolescente “sigue en estado crítico”. “Si bien el estado es estable, no ha tenido retroceso que es lo bueno”, agregó.
En este sentido, destacó que su hijo “tolera la alimentación” y que su familia no pierde las esperanzas y la acompaña en “esta lucha de justicia y evolución”. Explicó que sigue orando para la pronta recuperación de Lázaro.
El pasado viernes, Fabián, el papá del adolescente, contó a El Doce que vio a su hijo “estable, bien”: “Está presentando mejorías muy leves, la está peleando”.
Además, confesó que la familia nota que Lázaro “la está luchando y quiere salir de ahí”.
Por último, había asegurado que saben que “el daño cerebral es irreversible” y que hay que esperar a evaluar “la magnitud del daño con la que va a salir, pero mientras salga con vida…”, explicó.
El estado de la investigación
La fiscal del fuero penal juvenil, Norma Scaglia, trabaja sin descanso para clasificar un gran número de pruebas que ya obra en su poder, como los domos y las cámaras de seguridad de la zona de la plaza Jerónimo del Barco. También, escuchan las declaraciones de algunos testigos para identificar a cada uno de los responsables.
Las imágenes y los testimonios hasta ahora recogidos coinciden en que un chico, vestido con ropas aparentemente oscuras, se agacha hasta alzar del suelo un pedazo suelto del cordón de la vereda. Apunta hacia Lázaro y aplica el golpe en la cabeza.
En las filmaciones se ven corridas, gritos, insultos. Todo ocurre de repente y en una secuencia de acciones que no ocupa más de 15 minutos. Un taxista auxilia a otro herido mientras todos corren y Lázaro yace en el suelo.
En la fiscalía reconocen que se tratará de una investigación de largo aliento. “Esto recién comienza”, dicen.
En total, serían 16 los menores de edad que participaron del ataque, pero hasta el momento sólo identificaron a tres. Uno de ellos, de 14 años, acusado de ser el autor de la brutal golpiza, está alojado en el Complejo Esperanza acusado de tentativa de homicidio. Sin embargo, es inimputable y no irá preso ni será sometido a juicio.
Los otros dos adolescentes, de la misma edad, son investigados por lesionar a Agustín, el amigo de Lázaro. A diferencia del principar agresor, la jueza de menores, Nora Giraudo, no dispuso ninguna hasta ahora.
La Voz