El estreno de los primeros episodios de la esperada serie Maradona. Sueño Bendito generó un gran repercusión y todo tipo de comentarios. Más allá de que se trata de una gran producción y con un elenco de enorme nivel, llamó la atención algunos errores en fechas y datos que se sucedieron en estas primeras entregas.
Si bien se sabe y se aclara en el comienzo de la serie que se trata de una ficción basada en la historia de Diego, estos detalles le bajan el precio al resultado final y dejan mal parada a la productora.
La muerte de Perón
Uno de los errores más comentados tiene que ver con la fecha de la muerte de Perón, que es innegable ocurrió en 1974. En el comienzo del primer episodio, un Diego de nueve años celebra su entrada al club Cebollitas y al ir a contárselo a sus padres se topa con una gran tristeza por el fallecimiento del general.
Consultado al respecto, el director cordobés Alejandro Aimetta, brindó una explicación poco convincente. “Es una aglomeración de emociones. Sabemos que Perón murió en 1974, pero teníamos un solo actor niño, y se eligió contar desordenadamente y a riesgo que se podría mal interpretar”, reveló en declaraciones a CNN Radio.
Luego agregó: “Lo que se quería mostrar era la sensación de ese niño de que la vida corría demasiado rápido, se habla de eso y fue una salvedad los guionistas en edición, para generar sensación de tiempo sin un cartel de un dato duro. No hay que subestimar al público y se entendió lo que pasaba a Diego y por qué era importante en su vida”. Si se intentó una elipsis temporal, claramente no funcionó.
La camiseta
“Mi primer sueño es jugar en el Mundial”. Esa frase, conocida desde siempre, es una imagen en blanco y negro, en donde un chico de 13 años hace jueguitos ante las cámaras del programa Sábados Circulares, conducido por Pipo Mancera.
La remera es blanca, con un número 10, el cuello y puños oscuros (muy posiblemente, rojos). La serie le puso color a ese momento tantas veces difundido. Pero, sorpresivamente, la casaca es roja, con el número 10, el cuello y los puños blancos.
Lo que esa secuencia sí hace es una reparación histórica con el otro sueño que comparte Maradona: “Y el segundo es salir campeón de Octava, y de lo que siga del campeonato este”, muchas veces editada para que el segundo sueño del pequeño Diego termine luego de que dice “salir campeón”.
La firma y la fiesta que no fue
El 20 de febrero de 1981 Diego firmó su contrato con Boca y el país se revolucionó. Luego de firmar con Boca, Diego se fue a almorzar a una cantina de la Boca con Guillermo Blanco y Cyterspiler. De allí viajó a La Candela para conocer a sus nuevos compañeros y a su DT, y un par de horas más tarde volvió a dirigirse a la Bombonera, donde por la noche disputó un amistoso en el que jugó el primer tiempo para Argentinos y el segundo, para Boca.
Luego, volvió con sus compañeros a La Candela y siguió concentrado para debutar, de manera oficial, apenas dos días más tarde ante Talleres de Córdoba, también en Brandsen 805.
Según la serie, Maradona comienza a derrapar la mismísima noche en la que firma su contrato con Boca. El ídolo acepta una propuesta de Coppola y termina en un boliche, junto a Cyterspiler, rodeado de mujeres, bebiendo champagne y totalmente desenfrenado. A continuación, pasa la noche con una de las vedettes del momento, que era novia de Coppola (se llama de otra manera, pero todo indica que es Amalia “Yuyito” González).
Diego siempre estableció Barcelona y el año 1983 como el lugar y el momento en el que comenzó a consumir estupefacientes. Y el vínculo con Coppola comenzó en 1985.
La internación y el cafecito
El mismísimo arranque de la serie comienza con el recordado episodio de Punta del Este tras el cual Maradona fue internado por una sobredosis y casi pierda la vida.
Aunque la narración que hace la serie acerca del traslado que no fue en ambulancia y sí en un auto particular, concuerda con el testimonio de los protagonistas. Durante el trayecto, Coppola frena a cargar nafta, pero niega haberse pedido “un cafecito”, como sí plantea la ficción.
“Lo que pasó es que el médico con muy buena intención dijo que llamemos a la ambulancia, era razonable, era lógico, pero la ambulancia iba a tardar 40 minutos hasta el Policlínico La Barra y otros 40 más para regresar a Cantegrill; así que le dije: ‘Doctor, subámoslo a la camioneta y nos ahorramos un tramo, el tiempo’… Tardamos 32 minutos cargando nafta, donde no pedí café porque no tomo café, pero no importa”, aseguró de visita en Polémica en el Bar.
La Voz