La piscina es un lugar de la casa donde se pueden compartir grandes momentos de esparcimiento, disfrute y comunidad con familia y amigos. Sin embargo, puede convertirse en un elemento peligroso, sobre todo para los más pequeños, si no se toman las medidas de seguridad correspondientes.
¡A tener cuidado!
Entre las recomendaciones generales para mantener a niños y mascotas lejos del natatorio cuando no están al cuidado de un adulto, podemos mencionar las dimensiones del cercado. Por lo menos, el vallado debe medir 1,30 de alto y, en caso de ser de rejas, tener una distancia de 10 centímetros entre cada barrote.
También hay que tener en cuenta que no haya en las inmediaciones del cerco sillas, mesas, reposeras o algo donde los más pequeños puedan trepar y cruzarlo. Tampoco debe tener puntos de apoyo, que los chicos puedan usar para subirse o escalar.
El vallado tiene que ser continuo y contar con un ingreso único, cuya puerta abra siempre hacia afuera y disponga de un cierre fuera del alcance de los niños. Hay que cerciorarse de que esté bien cerrada en los momentos en que no se usa la piscina y no dejar juguetes flotantes que llamen la atención de los infantes.
Tipos de cercados
Existen varias opciones de cercos en el mercado, según el estilo que se quiera lograr y los recursos disponibles.
El cercado de cristal es una opción para los que buscan soluciones más elegantes, al mismo tiempo que modernas. Está compuesto por paneles de vidrios templados y, a pesar de la fragilidad que aparentan, son de los más duraderos. La desventaja es que es complejo para mantener limpio y suele ser de las alternativas más caras.
Las vallas desmontables han adquirido mayor protagonismo en este último tiempo. Se trata de mallas removibles, fáciles de usar, transparentes y tienen excelentes calificaciones como método de seguridad. La contra es que implica un trabajo continuo de colocación y desmonte. Además, se debe estar muy pendiente de no olvidarse de colocarlo cuando finaliza la jornada en el natatorio.
Las rejas metálicas son una opción clásica. Pueden ser de aluminio o hierro, requieren de columnas cementadas o atornilladas al suelo para fortificar la estructura, y cada pieza debe estar a 10 centímetros de distancia o menos. La desventaja es que requiere mantenimiento continuo.
Aplicando las medidas de seguridad y manteniendo la piscina cercada, no hay nada que impida disfrutar del verano a pleno y mantener a todos a salvo durante todo el año.
La Voz